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Stop G8. Capitalismo. Imperialismo. Guerra.
Alianza Anti-G8 por una perspectiva revolucionaria
20. März 2006
¡Contra la cumbre del G8 en 2007 en Heiligendamm!
A los principios de verano se encontrarán los jefes de estado de Alemania,
Italia, Francia, Rusia, Gran Bretaña, Japón, Canadá y de
los Estados Unidos en la llamada cumbre G8 en Heiligendamm en Mecklemburgo-Pomerania
occidental. Bien protegidos por fuerzas policiales y militares quieren dar a
los medios una imagen de unidad y mostrarse como los líderes legítimos
del “mundo civilizado” y organizar la realización de sus
intereses comunes.
Al contrario de su verdadera política van a disimular compromiso en
la lucha contra el hambre mundial, enfermedades, pobreza y el terrorismo. Como
en las últimas cumbres, decenas de miles de personas van a protestar
en contra de este encuentro y van a intentar mostrar cual es el sentido real
de la cumbre G8.
¿G8 – paz, libertad y democracia?
La cumbre de G8 tiene lugar en una situación en la cual se agravan
las contradicciones en la República Federal de Alemania, como así también
en los otros estados de G8.
Los ataques cada vez más extendidos contra los trabajador@s, en forma
de agudización de leyes, recortes en el lugar de trabajo, en el sistema
social y jubilatorio, pertenecen crecientemente a la vida cotidiana. Más
y más personas se ven forzadas al desempleo, al trabajo en condiciones
precarias o con sueldos muy bajos. Por eso millones viven bajo el nivel de pobreza – incluso
trabajar a tiempo completo no asegura el nivel de vida de otros tiempos. Al mismo
tiempo la privatización de servicios públicos generan un empeoramiento
tanto para los emplead@s en este sector, como para el resto de la población,
que recibe menos por precios más altos. Las consecuencias concretas son
el aumento constante de los precios de alquiler, calefacción, agua y electricidad,
como también la eliminación de servicios en el sector educacional
y sanitario, que antes estaban garantizados. Especialmente mujeres están
afectadas de este desarrollo, ya que como siempre están mal empleadas
en muchos sectores y los recortes tienen consecuencias muy profundas para ellas.
Entre numerosos ejemplos se puede citar el caso de las leyes Hartz, a causa de
las cuales muchas mujeres dejarán recibir beneficios porque los ingresos
de sus parejas serán también tenidos en cuenta.
También muchos inmigrantes, como parte de la clase baja, se ven afectados
aún más masivamente por este desarrollo y donde no son más
de utilidad para el capital, son víctimas de la discriminación
estatal, y amenazados con deportaciones masivas. Además son utilizados
como chivo expiatorio en marca de una situación agravada y por eso también
son afectados por perjuicios de la sociedad, exclusión y ataques. A fin
de cuentas ésta agudización muestra que no sólo los grupos
marginales son afectados, sino también paso a paso la mayoría de
la población. En contra de los ataques del capital crece en el hasta ahora “interior
tranquilo” la protesta y la resistencia en forma de manifestaciones masivas
y huelgas.
La ofensiva del capital no sólo tiene lugar al nivel nacional, sino
que afecta la las personas en todas partes del mundo. Ya sea en forma de guerras,
sanciones económicas o la instalación de regimenes que les sean
fieles, o el apoyo a los mismos a nivel económico y militar – los
estados imperialistas usan todos los métodos para imponer sus intereses
en todo el mundo. De esta manera los estados de G8 están involucrados
directamente en guerras imperialistas o se rearman para prepararse por las guerras
siguientes o envían armas a diferentes grupos de guerra. La amarga ironía
reside en que actualmente en Afganistán e Irak están en guerra
en contra de regimenes que ellos mismos han instalado y apoyado mientras les
fueron útiles. La víctima es en todos los casos la mayoría
de la población.
Los estados de G8 aseguran su acceso a recursos naturales y mano de obra barata
con el apoyo de instituciones como el FMI, el Banco Mundial o la OMC, con tratados
comerciales como el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) o influyendo
directamente los regimenes en los diferentes países – todo
ello a expensas de las poblaciones de los países afectados. Millones de
seres humanos desde Europa oriental hasta Asia, África y América
Latina son explotados brutalmente en fábricas de mano de obra barata y
sus fundamentos de vida están siendo destruidos por el robo de los recursos
naturales. Los proyectos de la construcción de embalses en India, que
causan en algunas regiones pobreza y flujos de refugiados o las programas de
adaptación estructural que han desatado en Argentina una ola de empobrecimiento,
son sólo dos de los incontables ejemplos en el mundo que muestran las
consecuencias directas de la política del FMI y Banco Mundial.
La resistencia de los afectad@s ya sea en contra de los ataques militares,
contra condiciones de trabajo inhumanas, o contra el robo de los recursos naturales,
es reprimida directamente por los cómplices de las grandes empresas o
a través de regimenes que les son leales, mediante aparatos represivos,
la policía, los servicios secretos y el militar.
Este comportamiento del capital, o de sus representantes, es la expresión
de una concurrencia agravada entre las grandes empresas y las ubicaciones diferentes,
tanto como la dificultad de seguir con la realización de ganancias siempre
en aumento. Para solucionar esta crisis, se intenta intensificar la explotación,
reducir los gastos sociales, transformar todos los sectores de la sociedad según
su propia conveniencia y asegurarse los mercados en todo el mundo – los
que están cada vez más repartido, lo que significa una competencia
en aumento entre ellos.
La cumbre de G8 fue creada para calmar las contradicciones entre los imperialistas,
por ejemplo la disputa aduanera entre Estados Unidos y la Unión Europea,
o el apaciguamiento de la competencia monetaria Euro y dólar, y, dado
el caso definir las zonas de influencia.
Al mismo tiempo el G8 sirve para unificar y decidir estrategias de contrainsurgencia
y estrategias de explotación, así como transfigurarlas públicamente
como medidas “necesarias” o incluso como para el “interés
común”.
¡Quien no lucha ya está vencido!
Hay razones más que suficientes para tomar el G8 como una oportunidad
para manifestarse en contra de la política de la clase dominante, cuyos
representantes más poderosos se reunirán en esta ocasión,
como así también para sacar a la calle de distintas maneras la
protesta y la resistencia contra el encuentro. La movilización debe ser
organizada por aquell@s que aquí se ven afectados por el desmontaje social,
las leyes de Hartz, privatizaciones, recortes de sueldo, prolongaciones del horario
laboral, discriminación racista e opresión patriarcal; y quienes
justamente por eso están interesados en cambiar esta situación.
Pero la movilización debe ser también una plataforma para los
movimientos progresistas y revolucionarios en todas las partes del mundo, para
que ellos puedan presentar y propagar su lucha en los metrópolis capitalistas;
una lucha que está en contra de la valorización y miseria capitalista
de gran partes de la población en los países afectados, contra
el saqueo imperialista de sus recursos naturales, contra la expulsión,
la ocupación, la guerra y los ataques de la oligarquía. El intercambio
con los movimientos de la liberación con su amplia experiencia, tiene
también la función de desarrollar estrategias contra el enemigo
imperialista común.
La resistencia contra la ofensiva capitalista de aquí, tiene que relacionarse
solidariamente con los diferentes movimientos revolucionarios y progresistas
en todas partes del mundo, para coordinar acciones comunes y desarrollar una
perspectiva en común.
¡Desde la resistencia a la perspectiva!
Pero la protesta y la resistencia no deben reducirse solamente a los fenómenos
de la política de los estados capitalistas más fuertes. Quien realmente
quiere cambiar las cosas, tiene que analizarlas y entenderlas. Los fundamentos
de la política de los estados de G8 en el concreto son los fundamentos
del sistema capitalista en general. Estos fundamentos son la explotación,
la competencia y la propiedad de los medios de producción por una minoría
que posee el poder en la sociedad. Sobre esta base no puede haber cambios emancipatorios
reales, porque los derechos y necesidades de los seres humanos y la protección
del medio ambiente están sometidos a una lógica de ganancia. Todas
las llamadas a los que se enriquecen y a los que administran este sistema, tales
como demandas por una forma más social del sistema o por lo menos concesiones
mínimas, son como ya hemos visto, absolutamente sin perspectiva, sobre
todo en una situación agravada como la que vivimos actualmente.
Pero el desarrollo actual también muestra evidentemente que el sistema
capitalista con su explotación y opresión siempre produce también
la opción de su superación: Las presiones capitalistas y la supuesta
debilidad de los explotad@s lleva a una situación en la que la burguesía
agudiza cada vez más la explotación, también en las metrópolis
capitalistas y por eso los explotad@s están obligado a reflexionar sobre
alternativas concretas.
Los planteamientos reformistas y del compromiso de clases de la socialdemocracia
y de los líderes sindicales llevan al vacío en esta situación,
o se manifiestan abiertamente al lado del capital y se acentúa la tendencia
a que pierden su rol como factores integradores.
Exactamente a través de este desarrollo surge nuevamente la posibilidad
de una transformación real de las condiciones dadas hacia una sociedad
liberada. Los inicios de movimientos masivos de protesta, de huelgas y los comienzos
de diferentes formas de organización, son los primeros indicios de que
están llegando a su fin los tiempos en los que dominaba la paz social
en los estados del G8 y en los que las contradicciones eran canalizadas hacia
el exterior.
El capital se ve cada vez más enfrentado en las metropolis con una
situación objetivamente precaria – además de tener de
enfrentarse a los focos de tensiones en las diferentes partes del mundo y a los
movimientos y a las organizaciones revolucionarias, con su experiencia de decenios,
desde Nepal, India, Colombia y las Filipinas hasta México. El rearme preventivo
del interior y el procedimiento más fuerte en contra las protestas sociales,
en forma de la difamación por parte de la prensa burguesa, en forma de
supuestas ofertas para la integración o en forma de comportamiento brutal
por parte de la policía, ya muestran como el problema debe ser solucionado.
Las consecuencias de las huelgas relativamente pequeñas en la industria
del automóvil, en los aeropuertos o en el servicio público, dejan
hacerse una idea del poder de la clase trabajadora y muestran que consecuencias
tendrían luchas más largas y mejor organizadas y principalmente
una huelga general. También las luchas en otras partes del mundo, como
las ocupaciones de fábricas en Argentina, las protestas masivas y los
tumultos en Francia contra los ataques contra la protección de desempleo,
las luchas guerrilleras y las huelgas generales armadas y políticas en
Nepal o las demás incontables luchas laborales muestran que formas de
luchar son posibles y que respuesta a las ataques del capital debe ser desarrollada
aquí también.
Por eso es necesario que las protestas y las luchas y resistencias obreras
aisladas sean relacionadas bajo denominador político común: el
reconocimiento de que el sistema capitalista es el causante de esta situación
y el objetivo de eliminarlo. Esta necesidad es tanto más importante, debido
a que las fuerzas revolucionarias en Alemania están tan débiles,
después de muchos errores y derrotas, que apenas pueden influir la política
y los desarrollos actuales.
Este denominador es también necesario porque los poderosos quieren
evitar preventivamente una posible resistencia común de los explotad@s
con la movilización chovinista de la opinión pública a través
de la difamación racista contra los inmigrantes. Las movilizaciones contra
el G8 pueden ser una ocasión para unirse, discutir e intercambiar y acumular
experiencias. La movilización puede ser utilizada para criticar las condiciones
reinantes y para transmitir la necesidad de su transformación revolucionaria
así como también para unificar y fortalecer las estructuras existentes.
Lo decisivo es lo que se desarrolle de este proceso. Sólo con un continuo
proceso de organización de las fuerzas revolucionarias a diferentes niveles
y el desarrollo de una teoría y práctica bien fundada, podemos
realmente superar el capitalismo y realizar una sociedad liberada. Las protestas
y movimientos inmediatos deben ser usados para avanzar con la organización
y para llegar desde la resistencia hasta una perspectiva.
¡A participar en la Alianza Anti-G8 por una perspectiva
revolucionaria!
Queremos usar la movilización en contra G8, en una situación
de agudización de las contradicciones, para unir la lucha defensiva contra
los ataques en el interior y al nivel global con la lucha por una sociedad liberada.
Por eso para nosotros la movilización no sólo significa la demostración
de una teoría y práctica revolucionaria sino también la
organización de estructuras comunes y profundas que siguen existiendo
más allá de la cumbre del G8.
Pensamos que la cumbre de G8 esta ofreciendo en la situación actual
una ocasión importante para la izquierda revolucionaria, luchador de clase
e internacionalista. Una movilización exitosa puede ser el punto de partida
de un movimiento revolucionario y un proceso de organizacíon que empieze
a fortalecerse otra vez en la RFA. Según nuestra opinión es necesario
para esto de actuar sobre la base de posiciones fundamentales y reivindicaciones
claras que se enfrentan contra los ataques del capital:
- ¡Resistencia en contra el ataque general del capital en el interior!
- ¡Por la lucha de clases en las empresas, escuelas y universidades contra
el la reducción de los gastos sociales, contra la prolongación
del horario laboral y contra el recorte salarias y de las jubilaciones!
- ¡No a la agenda de Lisboa, No a la Directiva Bolkestein, No a la flexibilización
laboral y el empeoramiento de las condiciones de trabajo!
- ¡No a la guerra imperialista y la ocupación! ¡No
a la guerra contra Irán! ¡Por la inmediata retirada de los ejércitos
de ocupación de Irak, Afganistán y Palestina! ¡No al Plan
Colombia! ¡No al Plan Patriota!
- ¡Solidaridad con todas las fuerzas revolucionarias y emancipatorias
y con su lucha en contra el imperialismo!
- ¡Por la lucha en contra de todas las posiciones reaccionarias e inhumanas! ¡Por
la lucha contra el racismo, el patriarcado, el antisemitismo y la fobia contra
al Islam!
- ¡No al FMI, Banco Mundial, OMC y el Acuerdo General sobre el Comercio
de Servicios (AGCS)! ¡Por la supresión de la deuda externa de los
países del tercer mundo!
- ¡No a la Unión Europea imperialista! ¡No al ejército
europeo y no a los grupos de intervención rápida (battlegroups)! ¡No
a las intervenciones exteriores de la Bundeswehr y no a su utilización
en el interior!
- ¡No al racismo y a la opresión nacional! ¡No a la fortaleza
europea! ¡Por las fronteras abiertas! ¡Contra todas las restricciones
de inmigración y estancia! ¡Los mismos derechos para todos!
- ¡Contra la explotación destructiva de la naturaleza y del medio
ambiente!
- ¡Libertad por todos los presos políticos en todo el mundo! ¡No
a las llamadas listas anti-terroristas y listas negras! ¡Resistencia
no es terrorismo!
Entorno a estas posiciones fundamentales, reivindicaciones y este contenido queremos
construir nuestra alianza, movilizar contra la cumbre de G8 y desarrollar una
cooperación constructiva con todas las alianzas y organizaciones de la
izquierda y con los grupos sindicales de base.
Grupos de la Alianza Anti-G8: Autonome Kommunisten Berlin,
Breites Bündnis für Kolumbien, Gegeninformationsbüro Berlin, Gruppe
Arbeitermacht, Gruppe Internationale Solidarität Magdeburg, Initiativ e.V.
Duisburg, Revolution, Rote Aktion Berlin, Roter Oktober, Solidaritätsgruppe
Oihuka, Sozialforum Hamburg-Eimsbüttel, Trotz Alledem
Grupos que apoyan el llamamiento: Autonome Antifa Finsterwalde, Internationalistischer
Abend Berlin, Netzwerk Freiheit für alle politischen Gefangenen, Netzwerk
Linke Opposition Berlin, Revolutionäre Aktion Stuttgart, Revolutionär
Sozialistischer Bund (Berlin), Volkswiderstandsbewegung der Welt (Ortsgruppe
Berlin)
Stop G8. Capitalismo.
Imperialismo. Guerra.
Alianza Anti-G8 por una perspectiva revolucionaria
www.antiG8.tk
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